Ecos de la Religión
Louviot Pierre en su obra "El vudismo haitiano. Un estudio histórico sobre su papel en la construcción de la identidad nacional y su reconocimiento político-cultural." Estudia el vudú desde una perspectiva que va más allá de la religiosa, sino además tratando su carácter como un soporte identitario, e incluso una estrategia de supervivencia. Así, el autor busca representar la religión como una frontera por parte de otras culturas. A través de esta, Occidente configura un estigma y percepción popular.
RAÍCES UNIDAS: EL VUDÚ EN ÁFRICA
El video establecido muestra la raíz del Vudú, es decir, su manifestación en los países africanos en la actualidad. Nos ofrece a su vez una visión sobre como se expande hacia América, la frontera entre ambos continentes y como influye esta en el vudú. Este documental trata de proporciona al espectador una visión real de los rituales religiosos y como estos influyen en la identidad caribeña. Busca hacer frente a las concepciones erroneas sobre como ha sido presentado en la cultura popular.
EL VUDÚ EN AMÉRICA
Sus raíces se remontan a África Occidental, en Benín, Togo y algunas zonas de Guinea y Ghana. Cuando el Vodun llegó a América con el tráfico de esclavos la religión se fusionó con el cristianismo y las religiones indígenas locales como resultado de la sociedad de plantación. Su mayor foco en la actualidad se encuentra en Haití y República Dominicana. El vudú es una religión politeísta que cuenta con un Dios principal llamado “Gran Met”, junto a la existencia de espíritus llamados Loas, cuya naturaleza puede ser variada, es decir, pueden ser benignos o malignos. Por ejemplo, mientras que Loá-rada vienen son dioses amables y justos, mientras que los Loá-petró tienen una imagen de ser más duros y feroces, se puede apreciar en que las fuentes los llaman los Jé-ruj, es decir, los ojos rojos. Así como pueden tener distinto género y proveniencia, y de estas, dependerán sus ofrendas. Cabe mencionar algunos tipos como Ogún del Río, que es un santo acuatico, o Ogún Guerrero, que tiene una espada y su iconografía recuerda a Santiago Apóstol.
RITUALES
Los Houngan (“guía espiritual masculino”) o Mambo (“Guía espiritual femenina”), actúan como intermediarios entre los espíritus y los humanos, pero ¿Cómo se realiza la comunicación? Mediante rituales, los cuales se realizan principalmente por tres principales motivos: Obtener información, influir en la naturaleza o bien curar enfermedades. A la hora de realizarlos, existen sacrificios de animales en honor a los Laos, existen distintas ofrendas, como en la Santería, se ofrece la sangre del sacrificio, pero también intervienen la cabeza, patas, intestino o genitales, mientras que el resto del cuerpo es enterrado o cocinado. Respecto a los muñecos vudú, o mejor dicho, Bokor, son creados para representar a una deidad durante el ritual, un vehículo para realizar el rito y facilitar la comunicación espiritual, es decir, llevar mensajes a los espíritus. Se pueden usar como un objeto de venganza (tal y como se representa en la cultura popular), sin embargo, mayoritariamente los muñecos se usan para la curación, el amor verdadero y un mejor camino espiritual.
Asimismo, en antiguas plantaciones en Luisiana se han encontrado Bokor atados con intestinos de gato, alfileres o espinas de pescado. Y es que, se emplean con frecuencia artículos personales con el fin de “activar” al muñeco e invocar al espíritu. En paralelo al continente africano, en Guinea y la región del Congo existen estas figuras de materiales como madera y tela.
EL ESTIGMA HACIA EL VUDÚ
Asimismo, tras la Independencia de Haití y su establecimiento como país, el catolicismo se reconoció la religión principal en el Estado, y, por lo tanto, de los haitianos. El gobierno firmó un concordato con el Vaticano, y con este, se inició la misión con el fin de “moralizar” a la sociedad haitiana, donde el estigma social hacia el vudú es notorio, así como la represión a las personas que practicaban la religión. De esta forma, es necesaria una “extirpación del vudú” y constan condenas a muerte por “personas acusadas de canibalismo ritual” “que viven lejos de todo contacto de civilización”, como una herramienta para legitimar la violencia y asesinatos cometidos a personas en un país que se erigió con libertad de culto.
Y es que, el estigma hacia el vudú no es únicamente propio del siglo XIX, sino que en la actualidad existe esta “mirada hacia el otro”, en la que toda la cultura audiovisual y literaria (cómics, películas, videojuegos, etc…) que gira entorno a los zombis se vincula al vudú. La mitología de dicha religión afirma que los cadáveres pueden ser resucitados por un bokor. Asimismo, los zombies comen personas y son “incivilizados”, ahondando en cuestiones propagandísticas anteriormente mencionadas, se repite de esta forma el discurso que configura un estigma contra la religión africana. Además, se debe mencionar el factor del miedo en este discurso, en otras palabras, el miedo “al otro” o a lo desconocido, a ser “infectado”, a que una persona que no conoces entre en tu territorio.
Frente a estas prácticas, al no reconocer la independencia de Haití, Occidente ha usado una estrategia política contra la cultura haitiana y religiones que procesan en su mayoría personas afrodescendientes o de proveniencia esclava. De este modo, tratan el vudú como “prácticas antropofágicas o canibalescas y causa del país de la regresión del país al primitivismo”, tachándolos de salvajes e involucionados, por ello, ¿Cómo se van a gobernar solos?